LA VOZ ARTÍSTICA. UNA BUENA TERAPIA
Cuando trabajamos en rehabilitación de voz tratamos a personas de todos los ámbitos profesionales. Desde cantantes y actores a personas que trabajan en profesiones que poco tienen que ver con la actividad artística. ¿Cómo puede beneficiar la voz artística en su patología vocal a personas que no han cantado ni actuado nunca?. ¿Cómo puede ayudar en la terapia de la voz? Según nuestro criterio, de manera muy positiva.
La voz artística, tanto hablada como cantada, nos hace fonar con una calidad tímbrica superior que se traduce en una mayor cantidad de armónicos.
¿Habéis estado alguna vez en un Karaoke? Conforme vemos a gente cantar podemos saber qué persona es una cantante de calidad y que persona es una cantante casual que lo hace de manera esporádica. Eso nos lo revela la cantidad de armónicos que escuchamos en su voz. Un cantante con buena técnica enriquece su voz con muchos armónicos en todas la frecuencias. ¿En que se traduce eso a nivel auditivo? En una voz más llena de matices, de colores, de cuerpo.
Por otro lado tenemos un factor importante. Cuando alguien actúa o canta no lo hace para si mismo, lo hace para los demás. La proyección y la intención comunicativa que se logra al cantar para un público o al hacer una obra de teatro, es claramente superior a la que tenemos en nuestro día a día. Esa proyección necesita de una colocación de voz en resonadores craneales y de un control del apoyo costo-abdominal-diafragmático.
CANTAR ES UN PLACER
Por último tenemos un factor de placer. ¿Conocéis el dicho quien canta su mal espanta? Pues tiene una base científica. Las vibraciones de la voz resonada en el cráneo hacen que generemos endorfinas. El cuerpo siempre busca repetir las sensaciones que le son placenteras así que en nuestras emisiones vocales normales también buscará esa resonancia a nivel de cabeza. Por otro lado, a nivel intelectual el realizar un trabajo creativo y artístico nos hace sentir satisfechos.
PIERDE LA VERGÜENZA Y PRENDE A CANTAR
Creemos que es importante vencer a la vergüenza y animar a los pacientes disfónicos a ir pasito a pasito consiguiendo metas en la voz artística. Una terapia que mezcle voz hablada con voz cantada y declamada, va a ser más efectiva y placentera para nuestros pacientes.
Daniel Pejó